Sin polaridad nada puede existir, la polaridad es la esencia de toda creación
Parece que la polaridad nos empuja a la separación, a la comparación, o a la división entre yo y el otro, entre el bien y el mal, a la dualidad.
Pero la clave de la polaridad es que positivo y negativo son dos aspectos complementarios que se unen para poder crear
La ley de polaridad es aquella que moviliza a todo ser a expresarse a través del ADN y crear una realidad. Es una de las leyes básicas; aquello que tendríamos que aprender ya de pequeñ@s en casa y en la escuela porque son los principios fundamentales sobre los cuales se basa la vida o lo que llamamos la existencia en la 3D (en lo que podemos ver y tocar).
Nuestro positivo más cercano es nuestro padre y el negativo nuestra madre. Por eso es tan esencial en el camino de vida, de evolución, la reordenación e integración de toda la información que proviene de nuestro padre (el polo positivo) y nuestra madre (polo negativo) biológicos.
Es la polaridad la que nos permite estar creando constantemente y es de vital importancia integrarla en nuestras vidas para dejar de luchar o tratar de escaparnos de ella
La polaridad en el universo es la creadora de los diferentes aspectos que vivimos en la 3a dimensión; en lo que conocemos como “la realidad”; la dualidad nos da un marco en el cual movernos dentro del tiempo y el espacio
Dentro - fuera, arriba y abajo, pasado - futuro, cerca - lejos…
En este marco, fácilmente aparece la pregunta “¿cerca o lejos de qué?” o “¿dentro o fuera de quién?”
Y sólo una posible respuesta: de mí (del ”yo”, del “ser que está en el centro”), del UNO
Es a través de la polaridad que podemos experimentar la trinidad (3D, el mundo de la materia) y la unidad
La polaridad existe porque existe la unidad. Son los dos polos (positivo-negativo, masculino-femenino, emisor-receptor) que, en su unión, crean la vida.
Son fuerzas indisociables y complementarias porque son opuestas. Nada que esté lleno se puede llenar, solo lo vacío. Nada luminoso se puede iluminar, sólo lo oscuro y así…
La 2a dimensión parece una dimensión sencilla y aparentemente fácil de comprender comparado con la 4D o la 5D. Pero a veces, un simple error, una pequeña desviación en la comprensión hace que lo entendamos todo completamente al revés
Para mí, una de las más grandes desviaciones en el entendimiento y el conocimiento del ser y del universo está en la comprensión de la naturaleza de la polaridad; es decir la sexualidad (o el pulso + / -)
En casi todas las prácticas espirituales (incluido el "Yoga" actual, todas las religiones, en la educación, la medicina, en todas las sociedades y culturas, desde ya hace algunos milenios, existe la idea de la polaridad como separación, no como unión
Esta separación entre bien y mal o luz/oscuridad nos lleva a un camino equivocado,
donde el objetivo hacia la perfección del ser es la luz, el bien ( lo que cada uno interpreta como “bien”: alegría, bondad, generosidad, tranquilidad,...).
Cuando todo esto es solo una parte, una de las dos polaridades.
Para el Tantra, igual que parece que fue también por civilizaciones muy antiguas (de las que no aparecen en la historia que nos han contado pero de las que tenemos constancia por antiguas pinturas, símbolos y textos sumerios recuperados), el camino no es hacia la luz, sino hacia la integración de la luz y la oscuridad;
la integración de los dos aspectos que crean la unidad del ser: el camino es hacia el centro, hacia la esencia.
A nivel intelectual es muy complejo integrar y comprender la oscuridad y el “mal” por muchas razones; la más determinante es porque a nivel cultural han sido aspectos malentendidos y demonizados;
A nivel corporal es mucho más fácil la integración de la polaridad;
El cuerpo tiene una inteligencia que no está sujeta a valores morales ni dogmas de fe, una inteligencia que sabe, por ejemplo, que el dolor es necesario porque es un mecanismo extraordinario de alerta
que la rabia genera una energía que nos permite sentir y poner límites o que el inverno, el recogimiento o la tristeza son necesarios para poder reiniciar el sistema y poder vivir una primavera real integrando todos los aspectos internos del ser.
La energía negativa de la polaridad es fundamental para el impulso hacia adelante, para el resurgimiento, para poder seguir avanzando
El cuerpo lo sabe y no tiene problemas, es la mente (nuestra parte racional que no nos permite entrar en el subconsciente) y nuestra cultura que nos niega entrar en el espacio de vacío y oscuridad y así, no solo perpetuamos estados y programas ya obsoletos porque no nos permitimos vivir el lado oscuro o desconocido del ser, también agotamos el sistema y enfermamos
Nos hemos separado tanto de la oscuridad como concepto creador buscando la luz como el objetivo o como la idea de “felicidad” o de plenitud que lo único que hacemos es hacer crecer la oscuridad desde nuestro subconsciente para que pueda ser vista e integrada
Una de las formas de comprenderlo es imaginando que estoy en el centro de una habitación oscura y delante tengo una gran luz; si miro hacia atrás podré ver mi sombra. A medida que camino hacia la luz, buscando la luz, más grande se proyecta mi sombra detrás de mí.
Así funciona la naturaleza de la realidad: cuanto más me acerco a la luz más me separo de mi centro y más crece la otra polaridad perdiendo el equilibrio
Cada conflicto, cada batalla, cada crisis, es un recordatorio de que me he alejado demasiado de mi centro, de mi ser
La polaridad también se manifiesta a través de los ritmos de nuestros ciclos vitales; este ir hacia adentro y hacia afuera, hacia arriba y hacia abajo es el mismo proceso, el flujo del universo moviéndose en forma de espiral; es la bajada que nos permite coger la velocidad necesaria para volver a subir
La ley de polaridad nos recuerda que vivir periodos positivos y negativos, de extroversión e introspección nos permite avanzar en la vida, son los que nos dan la fuerza para ir hacia adelante
Si sentimos tristeza o rabia o incomprensión no hay que callarlas ni tratar de estar contentas o convencernos de que debo estar feliz y que todo está bien.
Cuando nos sentimos mal y necesitamos ir hacia adentro hay que respetar ese proceso porque es en este momento que bajamos para poder tener fuerza para subir ; de igual forma que en invierno la savia de los árboles baja a las raíces para poder subir en verano y dar sus frutos
El camino de creación, de manifestación, es de bajada: de la mente (no el cerebro, sino la conciencia cósmica, el mundo de las ideas, lo sutil) hacia el cuerpo ( la materia, la manifestación en la 1a, 2a, 3a dimensión); en cambio, el camino del conocimiento es de subida: de lo físico a lo inmaterial. Este proceso empieza por la integración del polo positivo y negativo de la existencia, de la luz y la oscuridad.
En el cuerpo, el camino iniciático recorre la columna vertebral empezando por el coxis y terminando en la fontanela y ya en el segundo peldaño nos encontramos con la dualidad femenino/masculino (activo/pasivo, emisor/receptor,…).
Para poder integrar ambas formas el universo constantemente nos va a poner diferentes situaciones para poder contemplar externamente lo que ocurre internamente.
Así, con cada persona, cada encuentro o desencuentro, cada acontecimiento que nos pasa, cada situación, continuamente la vida nos pregunta:
¿Cómo está el balance entre el dar y el recibir?
¿El hacer y el no hacer?
¿Entre la firmeza y la flexibilidad?
¿Entre lo corporal y lo mental?
¿Guiar y dejarse llevar?
¿Entre el soltar y el sostener?
¿La rapidez y la lentitud?
¿Entre la libertad y los límites? En cada cosa: alimentación, vínculos y relaciones,..,
Pero para mí, la pregunta más transformadora de todas las que la vida nos hace a cada encuentro, situación y circunstancia es:
¿Qué parte de ti sigues negando, sigues escondiendo? ¿Cuál es esa parte de ti que aún no te gusta, que aún no abrazas, que aún no aceptas?
Cualquier respuesta, idea, imagen o sensación nos trae de regreso, nos acerca al centro, a la esencia, al camino del Ser
Que no es encontrar un mundo de paz, amor y alegría; el camino es hacia la evolución y eso solo es posible si podemos integrar todos los aspectos de nosotros mismos
Solo cuando aprendamos a unificar estas energías nos convertimos en creadoras conscientes de nuestra propia realidad
El equinoccio es ese tiempo en medio de verano e invierno, como un momento de pausa, como el momento entre la inhalación y la exhalación donde todo se para y, si me doy el tiempo, el espacio y el permiso, se abre una puerta a lo desconocido. Y es aquí donde está la oportunidad de abrazar una nueva parte de mi.
El solsticio, es otro de los grandes momentos energéticos del planeta, el momento de la polaridad radical entre máxima oscuridad (invierno) en un hemisferio y máxima luz (verano) en el otro hemisferio.
Estos momentos temporales que nuestros ancestros han celebrado desde los albores de la humanidad, nos recuerdan que en cualquier momento, siempre que nos haga falta, podemos experimentar un equinoccio o solsticio interno.
Que uno de los dones de ser humanas es la conciencia que nos permite atravesar ciclos a nuestro ritmo, que tenemos la suerte de no necesitar un invierno biológico para mudar la piel del alma.
Solo necesitas darte tiempo, tiempo de estar contigo, de estar en ti
Te regalo una pequeña práctica con la voz y sabiduría de Elena Brower, la he bautizado como " a una respiración de ti"; yo muchas mañanas me levanto con ella, si te apetece tú también puedes🤍 Ojalá te acerque a ti.
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