Todos somos hijos del sexo; la energía sexual es la fuerza de la creación.
La mayoría de religiones han transformado la sexualidad en un acto sucio, feo, pecaminoso o poco espiritual.
“Estas creencias han llenado nuestros cuerpos de vergüenza, pudor o represión”
En cambio hay tradiciones que conciben la sexualidad como el origen de nuestra existencia, de todo aquello que es físico; el origen de la creación. Estas tradiciones, la tántrica y la taoísta, no sólo o obvian está realidad o la esconden sino que la integran como parte esencial del camino de auto-conocimiento y la evolución personal.
Gozando plenamente con consciencia de nuestra sexualidad honramos nuestro cuerpo, nuestro origen y la fuerza que crea y da vida.
El conocimiento, desarrollo y cuidado de nuestra sexualidad es esencial para nuestro bienestar físisc, emocional y mental y me parece una pieza clave en el crecimiento personal
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